Ser un buen veterinario debe ser el objetivo de todo estudiante que se haya embarcado en la fascinante aventura de convertirse en un profesional de la medicina para los animales. Pero, ¿en qué consiste ser un buen veterinario? La respuesta variará en función de quien sea el interpelado: otro veterinario o un usuario. Según una encuesta realizada en Reino Unido, los primeros entienden que los clientes buscan, ante todo, un buen comunicador y una persona compasiva con los animales y sus dolencias. Sin embargo, los usuarios prefieren que el especialista que atienda a sus animales sea un profundo conocedor de la medicina y la cirugía.
La buena formación, garantía para ser un buen profesional
El estudiante que opta por el Grado en Veterinaria lo hace, en su gran mayoría, por pura vocación. Por tanto, el amor por los animales es algo con lo que cuenta desde mucho antes de iniciar la carrera. Así, todo el que quiera ser un buen veterinario deberá optar por cursar este Grado en la universidad que mejores instalaciones le ofrezca y que sea impartido por los profesores mejor preparados. Una buena formación en el mejor ambiente académico es la mayor garantía para ser en el futuro un buen profesional.
Como señalábamos al principio, un estudio realizado en Reino Unido muestra la disparidad entre lo que esperan los clientes de un veterinario y lo que estos últimos piensan que los usuarios de sus servicios quieren de ellos. Sorprende comprobar que los veterinarios valoren una buena comunicación con los clientes o que sean compasivos con los pacientes y los dueños, cuando estas virtudes son situadas por los usuarios en los últimos lugares de sus preferencias.
Los clientes sitúan en los primeros lugares aspectos como el conocimiento de la medicina y la cirugía, ser bueno con los animales o la limpieza. El veterinario Ignacio Mérida, a través de quien hemos conocido esta encuesta, califica a estos profesionales en cuatro categorías: obrero, genio, comercial o el que ejerce la práctica profesional integral.
El obrero sería el veterinario que acaba de terminar la carrera, con muchas ganas pero con poca visión empresarial. Por su parte, el genio tiene una gran excelencia técnica tras años de formación, pero deja de lado otros aspectos del negocio relacionados con la viabilidad económica del mismo. El comercial sería todo lo contrario, “capaz de vender bien lo poco que saben”, mientras que el profesional integral es el bien formado técnicamente y que sabe lo necesario que es tener un negocio viable.